Casa de caracol: Poesía / Helcías Martán Góngora

Por: Martán Góngora, Helcías, 1920-1984 [autor ]Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Distribuidor: Bogotá: Guadalupe, 1962Descripción: 80 páginas ; 17x12 cmTipo de contenido: texto Tipo de medio: sin mediación Tipo de portador: volumenTema(s): Literatura colombiana -- Poesía | Mar -- PoesíaClasificación CDD: C861
Contenidos:
1: Carta perdida - 2: Diario fluvial - 3: Casa de Caracol - 4: Nocturnos de ultramar
Resumen: Esta poesía tiene ganada ya una templada madurez. En algunos de sus poemas anteriores el esplendor de la forma, el brillo de un léxico recamado, ahogaba el sentimiento . Ahora todo viene ceñido al concepto, en una economía de lenguaje que nos permite respirar el aire cálido de una poesía que tiene densidad y dimensión estelares. Nuestro dolor humano siempre nos proporcionará tema para nuestra meditación. Recrearse, creando, es la fórmula de Martán Góngora. Y la fidelidad a ciertos estados de alma que tiene mucho de disciplina intelectual, de presencia del hombre frente al Cosmos. Martán ya tiene, pues un alto nombre en la lírica colombiana. Sin exhibicionismo, alejado de la fuente donde se mira Narciso, su labor literaria honra la cultura intelectual de un pueblo como el nuestro que él ha sabido enaltecer con el más puro sacerdocio. No está sembrada su poemática de interrogaciones metafísicas. Pero en Cambio, cuántas rosas puras, de amanecer, brillan en este libro confidente.
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1: Carta perdida - 2: Diario fluvial - 3: Casa de Caracol - 4: Nocturnos de ultramar

Esta poesía tiene ganada ya una templada madurez. En algunos de sus poemas anteriores el esplendor de la forma, el brillo de un léxico recamado, ahogaba el sentimiento .
Ahora todo viene ceñido al concepto, en una economía de lenguaje que nos permite respirar el aire cálido de una poesía que tiene densidad y dimensión estelares. Nuestro dolor humano siempre nos proporcionará tema para nuestra meditación. Recrearse, creando, es la fórmula de Martán Góngora. Y la fidelidad a ciertos estados de alma que tiene mucho de disciplina intelectual, de presencia del hombre frente al Cosmos. Martán ya tiene, pues un alto nombre en la lírica colombiana. Sin exhibicionismo, alejado de la fuente donde se mira Narciso, su labor literaria honra la cultura intelectual de un pueblo como el nuestro que él ha sabido enaltecer con el más puro sacerdocio. No está sembrada su poemática de interrogaciones metafísicas. Pero en Cambio, cuántas rosas puras, de amanecer, brillan en este libro confidente.

Departamento De Lingüística Y Literatura

Español

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