La literatura Norte Americana en el siglo XX / Heinrich Straumann

Por: Straumann, Heinrich, 192-1991 [autor ]Colaborador(es): MonteforteToledo, Mario [Versión española ]Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Series Brevarios del Fondo de cultura Económica en el siglo XX: Néxico : Buenos Aires (Argentina) ; Fondo de Cultura Económica, 1953Descripción: 234 páginas ; 17x10.5 cmsTipo de contenido: texto Tipo de medio: sin mediación Tipo de portador: volumenTema(s): Literatura nortemericana -- Historia y crítica -- Siglo XXClasificación CDD: 810
Contenidos:
1: el poder de la realidad - 2: en busca de la tradición - 3: El destino del hombre - 4: El reino de la imaginación - 5: El gran conflicto: El advenimiento de teatro norteamericano
Resumen: Para el observador extranjero del desarrollo del pensamiento norteamericano, siempre será un enigma que el único aspecto de la conducta norteamericana generalmente aceptado como de mayor importancia haya encontrado tan tarde su interpretación filosófica. El punto de vista pragmático de la vida, más común y más honradamente adoptado en los Estados Unidos que en ninguna otra parte del mundo occidental, se apoderó de la mayoría de los norteamericanos mucho antes que nadie intentase describirlo en términos de pensamiento abstracto. Acaso la naturalidad misma de esa concepción impidió su discusión teórica; pero una vez que comenzó ésta ya no se detuvo y ha dado origen a varias de las tendencias más decisivas del pensamiento moderno. Cuando William James (1842-1910) en sus famosas conferencias sobre Pragmatismo, pronunciadas en Boston en 1906, hizo la distinción entre las mentalidades débiles y las mentalidades fuertes, indicando que cada una sustenta pobre opinión de la otra y que en tanto los radicalmente débiles adoptan las formas más monísticas de la religión los radicalmente fuertes no necesitan religión alguna, posiblemente exageraba el caso; pero en muchas otra de sus afirmaciones elucidó una actitud general de manera que nunca perderá atractivo para nadie que busque a tientas alguna hipótesis práctica de la vida en un ambiente tan rápidamente mutable como el de los Estados Unidos en efecto, un resumen de los puntos más significativos de la filosofía de James se asemeja mucho a la primera parte del credo de este sector de la población norteamericana al que de alguna manera, aunque no con plena justicia se ha llegado a estimar en el extranjero como el más típico. La segunda parte la proporciona John Dewey. Piensa James que desde el momento en que vivimos en un mundo de experiencias continuamente mutables, es imposible sentar principios de verdad absoluta; lo que ayer era cierto mañana puede ser falso. Nuestro pensamiento no está hecho para descubrir verdades absolutas; pero sirve de instrumento y se práctica. Por consiguiente, la función de la filosofía es sólo encontrar qué diferencia concreta significará para usted o para mí en un momento dado el que se acepte una u otra "verdad". Un pragmático así lo enuncia una frase de James con frecuencia citada "se aleja de la abstracción y de la insuficiencia, de las soluciones verbales, de las malas razones apriorísticas, de los presuntos absolutos y orígenes. Se inclina hacia los hechos, hacia la acción y hacía el poder". "De aquí que las teorías se vuelvan instrumentos", a los cuales son los mejores y los que mejor operan. Las ideas se vuelven verdaderas sólo en cuanto nos ayudará a establecer la deseada correlación con la experiencia.
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1: el poder de la realidad - 2: en busca de la tradición - 3: El destino del hombre - 4: El reino de la imaginación - 5: El gran conflicto: El advenimiento de teatro norteamericano

Para el observador extranjero del desarrollo del pensamiento norteamericano, siempre será un enigma que el único aspecto de la conducta norteamericana generalmente aceptado como de mayor importancia haya encontrado tan tarde su interpretación filosófica. El punto de vista pragmático de la vida, más común y más honradamente adoptado en los Estados Unidos que en ninguna otra parte del mundo occidental, se apoderó de la mayoría de los norteamericanos mucho antes que nadie intentase describirlo en términos de pensamiento abstracto. Acaso la naturalidad misma de esa concepción impidió su discusión teórica; pero una vez que comenzó ésta ya no se detuvo y ha dado origen a varias de las tendencias más decisivas del pensamiento moderno.
Cuando William James (1842-1910) en sus famosas conferencias sobre Pragmatismo, pronunciadas en Boston en 1906, hizo la distinción entre las mentalidades débiles y las mentalidades fuertes, indicando que cada una sustenta pobre opinión de la otra y que en tanto los radicalmente débiles adoptan las formas más monísticas de la religión los radicalmente fuertes no necesitan religión alguna, posiblemente exageraba el caso; pero en muchas otra de sus afirmaciones elucidó una actitud general de manera que nunca perderá atractivo para nadie que busque a tientas alguna hipótesis práctica de la vida en un ambiente tan rápidamente mutable como el de los Estados Unidos en efecto, un resumen de los puntos más significativos de la filosofía de James se asemeja mucho a la primera parte del credo de este sector de la población norteamericana al que de alguna manera, aunque no con plena justicia se ha llegado a estimar en el extranjero como el más típico. La segunda parte la proporciona John Dewey.
Piensa James que desde el momento en que vivimos en un mundo de experiencias continuamente mutables, es imposible sentar principios de verdad absoluta; lo que ayer era cierto mañana puede ser falso.
Nuestro pensamiento no está hecho para descubrir verdades absolutas; pero sirve de instrumento y se práctica. Por consiguiente, la función de la filosofía es sólo encontrar qué diferencia concreta significará para usted o para mí en un momento dado el que se acepte una u otra "verdad". Un pragmático así lo enuncia una frase de James con frecuencia citada "se aleja de la abstracción y de la insuficiencia, de las soluciones verbales, de las malas razones apriorísticas, de los presuntos absolutos y orígenes. Se inclina hacia los hechos, hacia la acción y hacía el poder".
"De aquí que las teorías se vuelvan instrumentos", a los cuales son los mejores y los que mejor operan. Las ideas se vuelven verdaderas sólo en cuanto nos ayudará a establecer la deseada correlación con la experiencia.

Departamento De Lingüística Y Literatura

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