Manizales bajo el volcán : Síntesis histórica de su desarrollo social y humano / Hernando Salazar Patiño.

Por: Salazar Patiño, Hernando [autor]Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Series Colección Historia Regional: Manizales : Fundación Caldas ayer y hoy, 1990Descripción: 108 páginas : ilustraciones, fotografías ; 23 x 23 cmTipo de contenido: texto Tipo de medio: sin mediación Tipo de portador: volumenTema(s): Manizales (Caldas) -- HistoriaClasificación CDD: 986.135 2
Contenidos:
En vez de prólogo / Cela, Camilo José
A propósito
Puertas abiertas
Madre y maestra
Los fundadores
Espíritu y materia
Pasado y presente
Destino y carácter
Territorio de esperanza
Resumen: El escritor caldense Hernando Salazar Patiño no pone a Manizales como dominadora del volcán, sino que la define, en su reciente libro, como la diosa arrodi­llada que ha dejado perder su pasado de glorias para descender la cuesta de su presente de cenizas. Sostiene que, tras una larga etapa de liderazgo nacional –acaudi­llado por una constelación de prohombres que dirigían unos la economía cafetera y sobresalían otros como brillantes políticos o luminosos humanistas–, el decai­miento de la ciudad se hizo notorio a partir de 1973. Hay una frase punzante con que Salazar Patiño descri­be el deterioro actual de la urbe: «El acelerado y con­fuso proceso de urbanización, sin pautas de bienestar ambiental y futuro, ni planeación racional, ha vuelto sus alrededores inexpresivos, terrosos y sin verdes. Una dramática invasión de grises petrifica el paisaje». El volcán, entonces, ha impuesto su garra cenicienta sobre la noble villa, otrora soberana y cubierta de cum­bres iluminadas. El paisaje se ha oscurecido, no tanto por la irrupción del cráter furioso –que a Manizales no le causó ningún daño material–, sino por el declive de su ciase dirigente y la ausencia de sus mejores hijos. «Tiene una élite cerrada –dice Salazar Patiño–, nada au­tocrítica y un poco alejada de la realidad, de la que se dice no le duele la ciudad». Y agrega que el proble­ma fundamental es «la falta de compromiso profundo, real y eficaz con la ciudad, de propósitos firmes y co­munes (…) Se ha perdido la gana. El lenguaje se ha res­tringido. Se volvió más provinciana».
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En vez de prólogo / Cela, Camilo José

A propósito

Puertas abiertas

Madre y maestra

Los fundadores

Espíritu y materia

Pasado y presente

Destino y carácter

Territorio de esperanza

El escritor caldense Hernando Salazar Patiño no pone a Manizales como dominadora del volcán, sino que la define, en su reciente libro, como la diosa arrodi­llada que ha dejado perder su pasado de glorias para descender la cuesta de su presente de cenizas. Sostiene que, tras una larga etapa de liderazgo nacional –acaudi­llado por una constelación de prohombres que dirigían unos la economía cafetera y sobresalían otros como brillantes políticos o luminosos humanistas–, el decai­miento de la ciudad se hizo notorio a partir de 1973.

Hay una frase punzante con que Salazar Patiño descri­be el deterioro actual de la urbe: «El acelerado y con­fuso proceso de urbanización, sin pautas de bienestar ambiental y futuro, ni planeación racional, ha vuelto sus alrededores inexpresivos, terrosos y sin verdes. Una dramática invasión de grises petrifica el paisaje».

El volcán, entonces, ha impuesto su garra cenicienta sobre la noble villa, otrora soberana y cubierta de cum­bres iluminadas. El paisaje se ha oscurecido, no tanto por la irrupción del cráter furioso –que a Manizales no le causó ningún daño material–, sino por el declive de su ciase dirigente y la ausencia de sus mejores hijos. «Tiene una élite cerrada –dice Salazar Patiño–, nada au­tocrítica y un poco alejada de la realidad, de la que se dice no le duele la ciudad». Y agrega que el proble­ma fundamental es «la falta de compromiso profundo, real y eficaz con la ciudad, de propósitos firmes y co­munes (…) Se ha perdido la gana. El lenguaje se ha res­tringido. Se volvió más provinciana».

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