Reflexiones en torno a una política teatral / Eduardo Galán
Tipo de material: TextoIdioma: Español Series Fundación para el análisis y los Estudios Sociales: (s.n.t.) : Descripción: 214 páginas : Gráficas ; 21.5x14.5 cmsTipo de contenido: texto Tipo de medio: sin mediación Tipo de portador: volumenTema(s): Teatro -- Enseñanza -- España | Política teatral -- Moderna -- EspañaClasificación CDD: 792.02 Resumen: Hace falta, por tanto, una decidida intervención en favor del teatro, por que es preciso más allá de la discusión sobre cómo hacerlo que la Administración vele por la preservación y el fomento de los valores culturales que nos permiten vivir con libertad, con ambición y con decencia. Y todo ello puede y debe hacerse sin ningún afán ni de control ni de tutela, porque una política teatral que practique el intervencionismo difícilmente podría conjugarse con el respecto a la libertad y con el derecho de los ciudadanos a elegir libremente el tipo de espectáculos que conecta con su sensibilidad e intereses, con la imagen que quieren de sí mismos. En una sociedad libre se debe disponer de espacios que permitan la creación, producción y exhibición de espectáculos teatrales sin depender del "Visto bueno" de los responsables políticos. El teatro es, además de un espectáculo civil, una escuela en sí mismo: un modelo particularmente eficaz de aprendizaje de valores y modales que una política educativa comprensiva - una política que no desdeñe las humanidades dejándose seducir por un fácil y estéril culto a lo tecnológico debe mantener y potenciar. Todas las artes se nutrirán así de los valores formativos del teatro y no tendremos que improvisar - como algunas veces nos pasa- actores sin vocación y sin talento, ni para la escena ni para la pantalla.Tipo de ítem | Ubicación actual | Colección | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | Reserva de ítems |
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Libros/General | Biblioteca Central En catalogación | Colección General | 792.02 G177 | Disponible | 83381 |
Hace falta, por tanto, una decidida intervención en favor del teatro, por que es preciso más allá de la discusión sobre cómo hacerlo que la Administración vele por la preservación y el fomento de los valores culturales que nos permiten vivir con libertad, con ambición y con decencia. Y todo ello puede y debe hacerse sin ningún afán ni de control ni de tutela, porque una política teatral que practique el intervencionismo difícilmente podría conjugarse con el respecto a la libertad y con el derecho de los ciudadanos a elegir libremente el tipo de espectáculos que conecta con su sensibilidad e intereses, con la imagen que quieren de sí mismos.
En una sociedad libre se debe disponer de espacios que permitan la creación, producción y exhibición de espectáculos teatrales sin depender del "Visto bueno" de los responsables políticos.
El teatro es, además de un espectáculo civil, una escuela en sí mismo: un modelo particularmente eficaz de aprendizaje de valores y modales que una política educativa comprensiva - una política que no desdeñe las humanidades dejándose seducir por un fácil y estéril culto a lo tecnológico debe mantener y potenciar. Todas las artes se nutrirán así de los valores formativos del teatro y no tendremos que improvisar - como algunas veces nos pasa- actores sin vocación y sin talento, ni para la escena ni para la pantalla.
Departamento De Artes Escénicas
Español
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